Intención del mes de Noviembre de 2020

RESPIRO, ACEPTO Y SUELTO. VIVO EN SERENIDAD.

Por Caro Canales / Directora Sadhak Contry

¿Has observado a un escalador en su proceso de ascenso?  Pareciera que lo único que importa mientras está en la pared es encontrar un buen agarre para tener de dónde adherirse y coordinar su respiración con sus movimientos.   Has visto a una bailarina mientras realiza su acto de danza?, inhala se eleva, pareciera que retiene el aire para prolongar su tiempo de vuelo, luego exhala mientras vuelve a tocar el suelo.   O ¿te has observado a ti mismo mientras prácticas yoga, la forma en que coordinas las asanas con tu respiración y cómo te ayuda a mantenerte en el presente?.

Respirar es una acción que nos acompaña en todo momento.   Respirar nos conecta con la vida.  No podemos sobrevivir sin respirar por un período que está en el orden de minutos.   Al nacer tenemos nuestra primera inhalación, recibimos y aceptamos la vida llenando de aire nuestros pulmones antes del emitir nuestro primer llanto, al morir tendremos nuestra última exhalación, la última entrega en que se soltará no sólo el aire, será el último aliento en esta experiencia.  Entre esa primera inhalación y la última exhalación lo que hacemos es: respirar, el cómo respiramos es una decisión que podemos tomar.   

Respirar es una acción corporal que ocurre de manera natural.  Los seres  humanos somos los únicos entre los seres vivos con la capacidad de respirar de manera conciente.   Podemos alargar nuestra inhalación y nuestra exhalación, esto tiene una consecuencia directa en nuestro estado emocional, nos puede tranquilizar, relajar o nos puede activar, el efecto también se da en sentido contrario: nuestras emociones afectan la forma en que respiramos.   Lo interesante es que al controlar la respiración podemos controlar nuestras emociones.      

La respiración se compone de varias acciones: inhalar, exhalar y retener.  Cada una nos transmite aprendizaje:   Al inhalar se abren los pulmones, se llenan de aire del que se extrae oxígeno para alimentar las células del cuerpo, es una acción de recepción y aceptación, vale la pena preguntarnos qué tan abiertos estamos a recibir?, nos damos cuenta de todo lo que el Universo nos ofrece?, pone a nuestro alcance y podemos disfrutar, aceptamos a las personas que nos rodean y sus muestras de cariño aunque se presenten como una recomendación o llamada de atención?.    Al exhalar los pulmones se contraen, el volumen del tórax se reduce y la presión aumenta para expulsar el bióxido de carbono.  Es una acción de entregar, de soltar, de ofrecer, podemos ahora preguntarnos qué tan dispuestos estamos a dar?, percibimos la necesidad del otro, nos damos cuenta de lo que podemos ofrecer? Nuestro tiempo, nuestra escucha, nuestros recursos, nuestro consejo?.  Por último podemos considerar la retención, es la única que se hace necesariamente de forma voluntaria, ya sea que decidamos retener después de inhalar o después de exhalar.   Podemos preguntarnos si estamos dispuestos a guardar a mantener a no soltar la confidencia que nos han hecho, el juicio hacia el otro, la critica que no construye?.     

La respiración nos enseña además que todo es pasajero.  No podemos inhalar, inhalar y seguir inhalando, en algún momento tendremos que soltar.  Tampoco podemos exhalar, exhalar y seguir exhalando en algún momento tendremos que recibir y por último no podemos sostener, sostener y seguir sosteniendo, el ciclo debe continuar.  

Que nuestro proceso de Respirar, de Recibir y de Entregar nos lleve a desarrollar la Serenidad.